Welcome to my Jungle...

No soy becaria. Aunque podría serlo. Ni una llamada, ni un email... no sé de qué sirvió apuntarle mi dirección de correo electrónico en medio de un post-it color verde.

-Anda! Y me has ocupado todo... ahora no puedo volver a usarlo.
-Bueno, así te acuerdas de llamarme.

Pues ni por esas. Es curioso, porque para él debo de ser la trabajadora perfecta: un currículum brillante, cientos de cursos de formación totalmente voluntarios, nivel de inglés nativo y profesora de yogilates. ¿Se puede pedir algo más? Tengo un CV inflamado de tanta mentira. ¡Y de verdad que ni se nota! Practicando se aprende...

Pero no pasa nada. Me consuela saber que un porcentaje altísimo (pero muy muy alto) de estudiantes universitarios españoles se ven en la misma situación que yo, invirtiendo cinco años en un futuro incierto, plagado de estrés y tricotilomaniáticos compulsivos que hacen lo posible por destacar entre miles de matriculados. ¿Cómo? Ahí está el quid de la cuestión. Después de julio me sobrarán créditos de libre elección para poder pasar un tercero con condiciones estudiantiles dignas (sin clases jueves y viernes), y sé más de comunicación y moda que el propio comunicador de moda más importante del mundo (me da igual quién sea). Mi nivel de inglés es aceptable (sé decir The Beatles como los residentes Liverpoolianos) y me gasto el morro si me tengo que poner delante de una cámara. ¡Y el tío no me llama!

Por otro lado, no leo, ni estudio, ni hago los deberes que nos mandan los profesores nostálgicos atascados en Primaria. Nostalgia es lo que siento yo cuando recuerdo aquella época en la que había que colorear ardillas saltarinas sin salirse de los bordes, e ir adivinando el perfil de un precioso payaso siguiendo la línea de puntos numerada del uno al cincuenta y tres. ¡Qué maravilla!

Y ya de pequeña se me daba mal recortar con tijeras, igual que hoy se me da mal recortar trocitos de vídeos en formato *.avi o retocar una foto para que parezca una divina estampa japonesa partiendo de la nada.


Maravillosa carrera de futuros perchistas, algún que otro director alternativo y mucho funcionario. Espero ser de las últimas...




Anécdota del día:

-Perdone señora, ¿sabe a qué hora pasa el bus de subida?
-¿De mi vida?
-No, no, de subida con B de Burra, y todo junto.




Bye Bye, honey...*