Piérdete, sumérgete en un vaivén de palabras que quizás ninguno de los dos entendamos. Sal. Y desde fuera, psicoanalízate. Mira qué ha cambiado. Si la respuesta es nada... me congratula.

lunes, 12 de mayo de 2008

4, 3, 2, 1... a comer!

La Operación Bikini, en estas épocas del año y como diría una amiga mía, "incita al suicidio". Son muchas y muy tentadoras las formas de convertirse en la reina de la playa, la estrella de la piscina o la triunfadora que arrasa en los parques durante el verano. Já.

A mediados de febrero y principios de marzo nos comienzan a bombardear desde la burbuja de los medios con anuncios de cremas anticelulíticas y milagros para lograr un "cuerpo 10". Diez son las razones que me impulsan a escribir esto.

1) Anorexia.
2) Bulimia.
3) Operaciones quirújicas.
4) Dinero desperdiciado.
5) Odiosas comparaciones.
6) Cuerpos que no sirven ni "pa' hacer un caldo".
7) Constantes tomaduras de pelo.
8) Escalas de valores invertidas.
9) División entre delgadas y gordas, y desprecio de estas últimas.
10) Superficialidad.


"Estar delgada no cuesta tanto. Basta con reducir la ingesta diaria de hidratos de carbono, grasas y dulces, y sustituírla por cereales con alto contenido en fibra y un estilo de vida saludable". Está bien. Comamos "Special K"* y dejemos a un lado el placer de un buen plato. Así mejorará nuestra posición en la sociedad, seremos los futuros amos del celuloide y nos tendremos que quitar de encima, con espanta-babosos, a los pretendientes que caerán rendidos ante las hermosas líneas rectas que desbordan salud y bienestar.
Ver a una modelo desfilando en pasarela es embriagador; y si los estilistas deciden maquillarlas como ya lo hizo Miércoles en su fabulosa película de enfermos mentales, entro en éxtasis y me siento feliz.

Es curioso observar cómo el ser humano huye de uno de sus instintos más primarios: evitar la enfermedad y tratar de sobrevivir. ¿Fumar mata? Fumemos. ¿Hay que comer para estar sano? Dejemos de comer. Me compadezco, señoritas.

Cualquiera que lea esto puede pensar que detrás del ordenador se encuentra una "rellenita reprimida" desahogándose y liberando lo que tuvo que aguantar en el colegio. Nada más lejos de la realidad... me considero una feminista en estado puro. Y más si hablamos de salud y belleza. BELLEZA. ¡Qué palabra más bella! Considero que no hay nada más bonito que unas buenas curvas. Que venderse como ganado es realmente lamentable. Y que el intelecto seduce más que cualquier pierna delgada. Los rankings de las mujeres más sexys del mundo lo demuestran. ¿Kate Moss? ¿Victoria Beckham? Escuerzos. Ahora bien: Scarlett Johansson, Jessica Alba, Penélope Cruz... Admirables.

Así que ahora, que estamos prácticamente encima del verano, comámonos los tabúes y los prototipos de belleza, aderezándolos con autoestima y mucho, mucho cariño por la mujer en estado puro. Amémonos así, como personas, y exijamos ser amadas por lo que somos, y no por lo que nos impongan ser.

Todos los días, de camino a la Universidad, veo un cartel que reza: "Sonríe. Hoy estás preciosa". Y supone el mejor momento del día: sonrío, me alegro de que el cartel reconozca que voy guapa, y me dispongo a afrontar el día con otro aire, con seguridad y optimismo. Y no me importa si la chica que se sienta a mi lado mide un metro noventa, ni que esté saliendo con el capitán del equipo de Rugby que tiene un cochazo y viste siempre de Lacoste*. Y es que medir el valor en quilos es lo que hacen con las vacas antes de llevarlas a cualquier carnicería.

Qué feliz soy de saber que, a mi lado, tengo un conjunto de bellezones dispuestas a desayunar, comer y cenar juntas los días y la cantidad que haga falta. Y si hay que masticar un entrecot con la boca abierta (...) se mastica. Y si hay que hacer milagritos para que entren los vaqueros a las siete de la mañana, se hacen. Pero ante todo, y esto sí que no se debe perder, hay que llevar la cabeza bien alta. Y no precisamente por una cuestión estética.


Este año me niego a frustrarme ante operaciones bikinis, valga la redundancia, frustradas. "Felicidad, qué bonito nombre tienes".



Anécdota del día:


Con el pelo corto se te ve más la cara. ¡Qué guapa estás, jodía!





Bye bye, honey...*




*Nota: la mención de las marcas no se debe a motivos publicitarios. No cobro por ello. Si las ventas son directamente proporcionales a la cantidad de personas que visitan este blog, hablaríamos de números rojos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola:

Bueno, no creo que MM pasara hambre...

En cualquier caso, he oído que a los hombres les gusta tener donde "agarrarse".

Por cierto: ¿cuántos "kilos de visitas" son idóneos para un blog? Quizá la calidad, más que la cantidad, tenga un mayor "peso específico" en ambos casos.

Saludos.