Piérdete, sumérgete en un vaivén de palabras que quizás ninguno de los dos entendamos. Sal. Y desde fuera, psicoanalízate. Mira qué ha cambiado. Si la respuesta es nada... me congratula.

jueves, 29 de mayo de 2008

Quien mucho abarca...

Lo queremos todo. Un Rey apolítico. Que el Chikilicuatre gane Eurovisión. Que se llene el MTV Day. Que baje la gasolina y se terminen los atascos. Que deje de llover y rompamos con la sequía. Que el PP arregle sus disputas y Zapatero se deje de tanto talante. Aprobar sin estudiar. Tener un trabajo a tiempo parcial bien pagado. Que nos pongan un buen pincho de tortilla a precio de los de antes. Que España pase de cuartos. Adelgazar sin hacer deporte. Que Madonna actúe en Madrid. Que se nos quiten las arrugas sin pasar por el quirófano. Casarnos y flirtear. Tener hijos y tiempo. Que se vayan los inmigrantes y disminuya el paro. Bombones light. Un novio guapo, con dinero y listo. Que venga el Ratoncito Pérez y se le olvide el diente. Costiparnos y no tener que llevar pañuelos. Hablar sin pensar. Escribir sin leer. Hablar sin pensar...

Personalmente, me conformo con el primer café de la mañana. Un "¿qué tal?" sincero. Una palmadita en la espalda. Una mirada cómplice. Una siesta después de comer. Una película que me arranque una lágrima. Una historia que logre conmoverme. La alegría en una amiga. La alegría en un amigo. Un día de sol. O lluvioso. O nublado y bochornoso. Pero un día. Y así, uno tras otro. Poder despertarme, de mala gana o de buen humor. Pero despertarme. Y sentir que no hay nada que impida que me sienta bien. Y si lo hay, buscarle solución. Y si no la encuentro, apoyarme en quien quizás me ayude a hallarla. Y para entonces, seguramente se me habrá olvidado.

Disfrutar... de una bocanada de aire. Y distraerme en el metro cuando no cabe un alfiler. Afrontar un examen con una sonrisa. O alegrarme de pisar una enorme mierda. Aprovechar los golpes de suerte. Sonreir a quien peor me cae, y criticar durante horas lo repugnante que me parece. Sincerarme con quien merece la pena hacerlo. Salir del cascarón. Romper con la superficialidad.

Superarme. Sentirme superviviente de días agotadores. Súper.



Anécdota de toodos estos días:


Sigo re-conociéndome. Qué de cosas curiosas encuentro si me busco.






Bye bye, honey...*

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hombre Amanda! No conocía tu blog! Está genial, es muy muy tuyo ;)

Por lo que veo no te comentan mucho, igual que el mío, que ya empieza a acumular mucho polvo. Pero supongo que lo importante es liberarse de esas cosas. Según escribimos a veces nos autorrealizamos.

Quiero decir, igual es que no escribimos para que los internautas nos lean. Puede que sencillamente queremos escribir para poder releernos después y conocernos un poco mejor. Descubrirnos a través de nosotros mísmos. A veces es una pasada todo lo que nos podemos enseñar sin saberlo.

He leido tu entrada...

.... Normalmente solemos querer las cosas que no tenemos. Pero quizá lo que perseguimos no es realmente lo que deseamos, porque la pregunta está mal formulada. Muchas veces nos perdemos en el juego de "culito veo culito quiero". Es un hecho que los altos siempre desearían ser más bajos, y los bajos crecer un poco más. Muchos quieren la fama solo porque no la tienen, y cientos de famosos desearían tener una vida trankila, pasar desapercibido.

Siempre (y digo siempre) todo lo bueno tiene algo malo y viceversa. De esta manera la pregunta sería "¿qué es lo bueno que puedo encontrar en esto malo que me está pasando?"



o otra buena pregunta: "¿esto malo es realmente tan malo?"

Si hacemos buenas preguntas encontramos buenas respuestas. Sé que es dificil, pero paradójicamente es tan sencillo como pararse a pensar cinco minutos.

Realmente importa si llevo unos pantalones blancos o negros con mi jersey granate? no importaría más estar a gusto conmigo mismo? No importaría más cómo administro mi tiempo, mis sonrisas, mi amor etc?


Sé what you mean ;)

Y dejo de escribir ya, que es tardísimo y me estoy enrollando demasiao. Nos vemos

Anónimo dijo...

Hola:

Creí que los "caníbales de botellón" no habían tenido bastante con Viernes. Claro que lo queremos todo (bueno, yo no quiero que Madonna actúe en Madrid). Ante el humano vicio de pedir, ya la vida dispone de la virtud divina de no dar.

Oremos, hermanos; que la rubia ambición no silencie a nuestro bianaventurado Rodolfo.