Piérdete, sumérgete en un vaivén de palabras que quizás ninguno de los dos entendamos. Sal. Y desde fuera, psicoanalízate. Mira qué ha cambiado. Si la respuesta es nada... me congratula.

miércoles, 16 de julio de 2008

Tuesday night, tiririrarirarará...

El egoísmo puro y duro es la base de mi actuación nocturna. Empleo, utilizo, desangro y saco el tuétano a la noche para encontrar en ella mi inspiración. La exprimo, extrujo y retuerzo al máximo. Salgo al balcón y me aprovecho del aire. Abuso brutalmente del ladrido de un perro. Me lucro de una estrella. Me quedo con lo que puede darme la luna escondida tras una espesa nube, y apoyo las manos en el frío suelo para, qué novedad, encontrar mi inspiración. Me escucho respirar, y memorizo el roce de mi pelo contra la fachada. Es un agradable "rás, rás" que actúa como terapia al final del día. Y así, sola física y emocionalmente, alejada de todo cuanto pueda distraerme, cierro los ojos y pienso. Pienso en palabras. No en sentimientos; no en sensaciones, ni en recuerdos o anhelos. En palabras. Las saboreo y pienso si pegan entre ellas. Comienzo miles de novelas en pensamientos, en palabras. Termino relatos comenzados hace tiempo. Y todo así, pensando palabras.

Pero el umbral que reside entre estar en el balcón y estar en mi habitación es tan sólo una reja de hierro forjado y dos puertas de cristal con policloruro de vinilo . Y una vez que la atravieso vuelvo a ser yo, la Amanda acompañada, tanto física como emocionalmente. Las palabras se me olvidan y no me oigo respirar. No hay fachada donde poder apoyar la cabeza, y si inclino el cuello una lámpara de tres focos desbanca a las estrellas.

Y así, en un cocktail unido por la reja, en el que se entremezclan dos estados de ánimo (personalidades, diría más bien) nado toda la noche. Glup glup, toda la noche. Y puedo acostarme con la tranquilidad de saber que me conozco a la perfección: sola y acompañada, tanto física como emocionalmente.









Bye bye, honey...*



P.S. ¡Haiku! De aquí a dos meses prometo ser una auténtica experta en algo que, hasta hace unos días, ignoraba completamente. ¡Qué maravilla!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola:

La noche ofrece mucho más de lo que podamos pedirle. Cuando dejamos el balcón, sigue proporcionándonos el silencio, la quietud, la inestimable sensación de que el tiempo transcurre más lento. Es una musa fiel.

Saludos.

P. S.: ¿Te interesan los haikus? Bueno, yo estoy escribiendo algunos ahora; aunque necesitaré más de uno o dos meses para acercarme al nivel de Matsuo Basho. :)

Anónimo dijo...

Amanda! Regresé de Salou donde estuve una semana con mis amigos. Me lo pasé brutalmente bien, pero me robaron en la playa el móvil, el ipod y la cartera. Me quitaron todo lo que soy xD

Lo que más me jode es que ahora mi música no me acompaña a todas partes, y es realmente patético ir cantando canciones que me apetecería escuchar por ahí.

Ahora estoy otra vez en casa. Tranquillo. Intentando no pensar mucho. Tocando la guitarra. Componiendo canciones. Leyendo...

Me quedó psicología tambien....soy lo peor....


Y bueno, que cuando puedas hablamos por messenger y me das otra vez tu número de móvil, que estoy out de toda la sociedad ^^


Me alegro de que te gusten Alter...

Cuidate!

Abrazos

Borja dijo...

¡Hey! Pasé por el blog al final, y eso, bien el texto, me recordó, no preguntes porqué, a Canciones para el tiempo y la distancia de Iván Ferreiro, si tal escúchala. Tiene un trocito en que habla de coger palabras al azar que te puede gustar.

Un placer, y a ver si nos vemos más. Un besito